EN MEMORIA DE JOSE MARIA GUARDIOLA VICENTE
El pasado 6 de octubre falleció en Madrid, José María Guardiola Vicente.
Quizás para los más jóvenes, su nombre no signifique mucho, ya que llevaba unos años retirado totalmente de la profesión, pero su figura fue todo un hito en la historia de AEFA.
Farmacéutico especialista en Análisis Clínicos y en Bioquímica Clínica y jefe del servicio de Análisis Clínicos del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, dedicó toda su vida al laboratorio clínico. Allí ejerció de paladín de la excelencia en las prestaciones de los laboratorios como elemento esencial en el diagnóstico clínico y defensor de la figura irremplazable del farmacéutico especialista en el ámbito de la salud pública.
En AEFA, en la que se integró poco después de su fundación, participó en el comité científico de congresos de AEFA y como vocal responsable de la revista “Análisis Clínicos” y de formación continuada entre 1987 y 1991.
En el período 1991-1995 fue director de la revista “Análisis Clínicos” órgano de expresión de AEFA y ostentó el cargo de vicepresidente de la Asociación.
Fue presidente de AEFA entre 1996 y 2004, período en el cual la Asociación Española de Farmacéuticos Analistas impulsó el reconocimiento formal de la calidad de los laboratorios clínicos con el innovador programa “Certificación Total” que aunaba las Normas ISO 9000 y las especificaciones de calidad técnica de AEFA, creadas por un comité de expertos interdisciplinar y que se auditaba conjuntamente por BVQi que certificaba su cumplimiento. Este programa pionero sería el equivalente a la actual Norma ISO 15189.En este ámbito en 1998 se creó la “Guía para el Manual de la Calidad de AEFA”.
En reconocimiento a sus méritos profesionales, la Junta Directiva de AEFA le concedió en 2019 el título de Socio de Honor.
Estaba dotado de una ágil pluma y un gran sentido literario, que le venía de familia ya que su padre fue el poeta Lorenzo Guardiola hijo Predilecto de Jumilla. Participó en casi todos los proyectos editoriales de AEFA, reeditando el boletín “AEFA Informa” en el primer trimestre de 1997 y escribiendo la mayor parte de editoriales en la revista “Análisis Clínicos”.
Personalmente era una persona muy culta, con una fina ironía que aplicaba a menudo en sus charlas amigables con sus compañeros inseparables de AEFA, Camilo Fernández Espina, Jaime Cobreros, Juan Domingo Saigí, Santiago Martínez del Olmo y Ramón Goya.
Pero por encima de cualquier otra consideración está el José María Guardiola como ser humano, una persona afable y leal que encarna perfectamente la figura del farmacéutico con la del intelectual, que aunaba el rigor científico y su amor por las letras, en la mejor tradición de tantas figuras de la medicina y de la farmacia.
Los que hemos podido trabajar con él o simplemente le conocimos, hemos perdido una referencia y una parte de nuestra propia historia personal se nos ha ido, pero él siempre continuará con nosotros, entre este grupo de amigos que ha sido siempre AEFA.
A su esposa María Luisa y a sus hijos José María y Francisco Javier, todo el cariño de AEFA y de todos los que fuimos sus amigos y colaboradores.
DEP